Métricas del siglo XXI
La tercera métrica del siglo XXI donde habla de un método de productividad personal, muy diferente a lo que estamos acostumbrados, puede cambiar nuestro estilo de vida y hacernos mejores personas.
Primera clave: el descanso
Segunda clave: fluye
El punto es concentrarse en todo aquello que funciona en nuestra vida, y cambiar lo que no nos aporta nada. No aferrarse a lo que te envenena nuestra vida, a lo que te empequeñece. Aprende a ser consciente de lo que quieres y lo que te va a hacer feliz durante más tiempo.
Tercera clave: Procrastina
La procrastinación es la acción de poner actividades más agradables o menos estresantes, por delante de aquellos que requieren de más atención o urgencia.
Suele aparecer a la mitad de una tarea y nos inmoviliza. La procastinación se toma como algo positivo,se puede decir que un pequeño escape del cerebro, una señal aveces de que debes hacer un cambio en el rumbo que llevamos.
Cuarta clave: Ayuda a otras personas
Esta clave no se refiere a que te vayas de voluntario, más bien, pretende que observemos el entorno donde estamos. Ver que en nuestro alrededor siempre hay personas que necesitan de nuestra ayuda.
Gracias por la facilidad y aportes han sido para mi de gran enriquecimiento, como futura docente
ResponderEliminarInteresante tus aportes y sí es verdad son importantes incorporarlos en nuestras vidas. Muchas gracias por tu contribución. Me gustaría agregar que todo lo que mencionas no funciona por sí sólo si no tenemos una excelente salud. La salud mental se relaciona también con nuestro estilo de vida. Por eso los expertos recomiendan mantenerse en actividad especialmente en estos tiempos difíciles que estamos atravesando. Ahora que pasamos largas horas frente a la pantalla de la computadora es bueno hacer pausas por unos minutos cada media hora para estirar nuestros miembros y fijar la mirada al horizonte. Asimismo aprender a nutrir nuestro cuerpo con alimentos que nos den energía y claridad mental y desechar lo que no nos aporta como son el consumo de alimentos blancos; el azúcar blanca refinada, las harinas, los carbohidratos y los demás alimentos con contenido alto en grasas trans.
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